“Yo fui un niño prodigio”
Así nos recibe Isaac Asimov en sus Memorias.
Recuerdo la primera vez que intenté leerlas. En esta primera página las abandoné. A lo mejor soy muy susceptible a este tipo de ideas, y egolatría?. Sí, fue un error, ahora me doy cuenta, 80 páginas más adelante, pero en esa época (algunos años atrás, no recuerdo bien realmente cuándo fue), a lo mejor todavía no apreciaba en todo su esplendor la obra de Asimov, o, para ser precisos, lo poco de la obra de Asimov que he leido.
Así que… ahí estaba, en la biblioteca de la casa hace 2 días, buscando el libro de 2001: Odisea del Espacio, de Arthur C. Clarke. No sé si precísamente ese libro o no, más bien estaba buscando lo que tenemos de el. Se me ocurrió por la frase esta de “La verdad será más emocionante”, que todavía no recuerdo bien de quién es. Total, estaba ahí, buscando entre los libros, y veo éste de las Memorias, que ya tenía algunos días con la curiosidad de intentar de nuevo leerlo; sin pensarlo mucho aplacé el empezar de nuevo con Cien Años de Soledad, y empecé a leer este. Que, después de 2 días, y 80 páginas, he de decir que está muy interesante.
Siempre me ha llamado muchísimo la atención el proceso creativo. Cómo se le ocurrió a Mozart hacer sus obras? Cómo decidió García Márquez empezar Cien Años de Soledad como lo empezó? O en general, la idea del libro? Será que no tengo ese don que no puedo entenderlo. En este libro de Asimov creo que se puede atisbar un poco el proceso que llevó a crear sus obras, y a lo mejor es similar en los demás autores (aunque seguramente los detalles y el proceso visto de manera “global” es algo totalmente personal). “Entenderlo” no deja de maravillarme en absoluto, ni le quita el aspecto mágico o genial, pero me gusta saber o creer saber un poco más sobre la historia, el back-stage de la creación de estas obras.
Algo interesante que menciona, hasta donde he leído, es que cuando empezaba a escribir, o cuando imaginaba una historia, ya sabía cómo se iba a acabar. Tenía ya el final hecho. Lo demás, lo iba escribiendo “sobre la marcha”. Pero dice que sus primeras obras (en sus teens) nunca las pudo terminar por esto mismo… empezaba “linealmente” y llegaba un punto en que no sabía cómo salir de donde estaba. No sabía a dónde iba. Si uno lo piensa un poco… tiene todo sentido! En mi campo, por ejemplo, no empieza uno a programar sin saber qué quiere lograr. Generalmente se tiene la idea de lo que se quiere lograr, aunque no los detalles. Se tiene un destino claro (o a veces no tanto…) al cuál queremos llegar. En mis épocas de gran inspiración o producción, generalmente tengo más que el destino, la solución del problema en la cabeza, antes de empezar a programar (I miss those times!!!). Supongo que será más o menos lo mismo para los escritores profesionales.
En fin… a pesar de la falta de “falsa modestia” que plaga sus memorias (en sus palabras, y con total justificación, si me lo preguntan), es una lectura muy muy interesante. Espero que al llegar a los capítulos de las obras que he leído pueda ver algo más atrás del sentido y creación de éstas que le den… no sé… a lo mejor algún giro o sentido interesante.
Así que… García Márquez tendrá que esperar unos días (creo que serán varios, pues este libro está relativamente grande)… y creo que Cien Años de Soledad esperará un poco más, pues antes tengo que leer El Amor en tiempos del Cólera, que no he leído. El Coronel Auerliano Buendía puede esperar un poco más 🙂
No sé si vaya a escribir algo más durante estos días… que, honestamente, no son mi pasión ni nada por el estilo. Sin embargo, les deseo a todos unas felices fiestas, que la pasen excelente!!!
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