2011

Italia me recibió con frío, aunque no tanto como esperaba.
Me recibió con un móvil que no funcionaba.
Me recibió con una sorpresa que no esperaba, una sonrisa que quería, mas no esperaba.

Camino por la salida del aeropuerto.
Veo desde el avión los Alpes. Veo nieve, a lo lejos. Montañas nevadas que nunca he visto, paisajes de nubes que son similares en todos lados.

Voy en el tren y admiro el paisaje. Llevo casi 4 meses que partí de mi ciudad, y, creo, por primera vez me siento en otro lado. Quizás empieza a ser parte consciente de mi mente que estoy fuera. Que estoy a 10,000 kilómetros de mi patria, aunque mi patria siempre ha sido en realidad el mundo. Soy humano, nada de religiones, países o patriotismos.

Llega el 2011 y estaré conociendo un lugar que hace solo un par de años no tenia ni la mínima idea que conocería. Estaré en un país del que había oído,
había visto, había leído, pero nada mas.

Comenzaré el año con idiomas nuevos, aprendiendo (aunque creo que no tengo ese don que tiene ml padre para los idiomas, o quizás soy muy desesperado, solo llevo unos pocos días estudiando) y re-conociendo. Compartiendo y escuchando. Comiendo y sonriendo.

No, no tenia idea que así acabaría el año, pero creo que es poco (si bien importante: familia, amigos) lo que ahora quisiera además de esto.

Viene el 2011. Se acaba el 2010 y apenas siento que sucedió, aún cuando este año marcará (lo sé desde aquellas tardes/noches del 2009 en donde tomé la decisión de venir a Europa) mi vida de manera única e importante.

Se acabó el 2010, y apenas siento que realmente pasó lo que esperaba y pensaba a finales del 2009.

Si, este año amerita despedirlo con fiesta. El año pasado a las 10 de la noche estaba ya dormido. Ahora no sé, pero cuando menos puedo decir: ciao 2010! Buon anno!

Y no todo está logrado. Casi nada, si nos ponemos a contar. No es que todos los sueños hayan sucedido, o se hayan cumplido. Es que hay sueños por descubrir. Hay sueños por vivir. Hay sueños por sufrir. Hay vida por vivir.

Se mete el sol ya. Suena “The Child in us” de Enigma, que siempre me ha parecido canción de despedida. Se ve el sol rojo, y el paisaje italiano con arboles sin hojas, ríos y canales (perdí la cuenta demasiado pronto de cuantos hemos cruzado). Casas de campo donde me replanteo mi gusto por vivir en ciudades. Y los Alpes al fondo.

Ciao 2010. Fuiste un buen año. Benvenuti 2011. Vamos a hacerlo un buen año.

Todo es posible.
Y eso es lo importante.

Leave a Reply